Coexistencia de dos hemangiomas placentarios: hallazgo en estudio necrópsico.

González Vila, Juliana. Residente de 2° año, Cátedra de Anatomía y Fisiología Patológicas, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Rosario. Hospital Provincial del Centenario.

Valenti, José Luis. Médico Patólogo. Cátedra de Anatomía y Fisiología Patológicas, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Rosario. Hospital Provincial del Centenario.

Historia clínica materna: paciente de 17 años que cursó un embarazo de 39 semanas de gestación, cuyas ecografías realizadas a partir de la semana 35 revelaron feto único y vital, con biometría vinculable a retardo del crecimiento intrauterino (RCIU) y Doppler fetal sin alteraciones. A las 37 semanas se detectó como hallazgo positivo, la presencia de polihidramnios y se informó placenta inserta sobre cara anterior. Se registró, además, una imagen nodular sólida, hipoecogénica, de 35 mm de diámetro en el espesor del tejido placentario.

Posteriormente, a las 39 semanas de gestación, se constató muerte fetal intraútero y se procedió a la internación de la paciente para inducción del trabajo de parto.

Macroscopía de la placenta:  presenta forma ovoide con diámetros de 16 x 14 cm y un espesor de 3 cm. Pesa 407 gramos. La cara materna muestra aspecto granular y coloración amarronada con lobulaciones completas. La cara fetal es lisa y violácea, y exhibe dos placas blanquecinas de 2 y 0,7 cm de diámetro mayor que se translucen a través de las membranas.

El cordón umbilical presenta inserción central y los vasos coriales son de distribución radial. Mide 17 cm de longitud, es helicoidal, de color blanco pardusco con estroma gelatinoso y tríada vascular preservada.

Al corte, el tejido placentario es de aspecto velloso y tonalidad rojo vinosa. Se detectan a este nivel dos áreas nodulares de límites netos (Fig.1) bien circunscriptas, de coloración pardusca y consistencia firme. Presentan un ribete con aspecto laminar concéntrico en catáfilas de cebolla (Fig. 2). Una de ellas mide 2 cm de diámetro mayor y se halla situada en relación a la inserción del cordón umbilical; la otra mide 1,5 cm de diámetro máximo y se encuentra en el espesor del tejido placentario, en relación con la placa blanquecina de 0,7 cm descripta en cara fetal.

Las membranas amniocoriales muestran aspecto conservado. La inserción es marginal y la distancia a la zona de ruptura es de 11 cm.

Microscopía de la placenta: cordón umbilical con vasos conservados y membranas amniocoriales sin signos de actividad inflamatoria.

Las vellosidades coriónicas muestran aspecto maduro con irregular formación de membranas metabólicas y aspecto edematoso focal. Se observa regular número de nudos trofoblásticos, aposición de fibrina intervellosa y calcificación distrófica focal.

Las dos placas blanquecinas descriptas en la cara fetal corresponden a aposición laminar de fibrina en placa.

Las dos lesiones nodulares que se señalan en el espesor del tejido placentario corresponden a Hemangiomas Placentarios o Corioangiomas capilares los cuales están constituidos por proliferación de capilares sanguíneos pequeños (Fig. 3). La luz contiene numerosos hematíes, el endotelio es plano y simple, y hay escaso estroma entre los capilares (Fig. 4 y 5).

El de mayor tamaño está ubicado cercano a la inserción del cordón, y en conjunto representan un 5% del volumen placentario.

Los Corioangiomas son entidades poco frecuentes. Existen diversas variedades histológicas, entre las que se encuentran:

Angiomatoide o capilar: con luces capilares bien visibles y escaso estroma, como los presentes en nuestro caso.

Celular: con estroma denso, a veces mixoide y luces estrechas.

Degenerativo: con fibrosis, hemorragias y calcificaciones distróficas.

Mixto: comparte las imágenes anteriores.

Los Corioangiomas se originan en los vasos fetales de los troncos vellositarios. Sus límites son netos, compresivos. En algunos casos pueden estar circunvalados por trofoblasto hiperplásico.

Pueden presentar complicaciones feto-maternas, a saber: polihidramnios, retardo del crecimiento intrauterino, insuficiencia cardíaca congestiva fetal e hidrops no inmunológico.

Los diagnósticos diferenciales se plantean con la Corioangiomatosis, proliferación de capilares en el estroma de las vellosidades intermedias y de los troncos vellositarios, y también con la Corioangiosis que es la dilatación y aumento de los capilares dentro de las vellosidades. Debe haber al menos 10 vellosidades con diez capilares en su interior. Regla de Altschuler.

La presencia en la placenta de Corioangiomas, uno de ellos en la zona de inserción del cordón umbilical, favorece el desarrollo de polihidramnios. Estas lesiones conforman un factor que pudiera haber contribuido al RCIU y al óbito fetal, entre otras causas.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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Fig. 1. Imagen nodular en el espesor del tejido placentario.
Fig. 2. Imagen en catáfilas de cebolla.
Fig. 3. Hemangioma placentario: proliferación de capilares sanguíneos pequeños, con numerosos hematíes en su luz.
Fig. 4. Hemangioma placentario: Escaso estroma entre los capilares.
Fig. 5. Coriangioma capilar.

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